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Jardines de Sabatini


Jardines de Sabatini
Jardines de Sabatini


Los Jardines de Sabatini se encuentran situados frente a la fachada norte del Palacio Real, entre la calle de Bailén y la Cuesta de San Vicente, en una terraza colgada sobre el Campo del Moro.
Se trata de un jardín de estilo neoclásico acorde con el palacio.

Se accede al jardín desde dos puntos: la c/ Bailén, cerca del palacio, a través de una escalera de doble trazado que debe salvar una altura de casi 20 metros desde la que domina la terraza inferior, y las entradas de la zona norte por las que se accede a las otras dos terrazas.
El jardín se divide en tres terrazas: la inferior, marcada por la simetría de los parterres a ambos lados de una gran lámina de agua a modo de espejo con dos surtidores, y enmarcada por cuatro cuadros con sendas fuentes rodeadas por figuras de seto; la segunda, que forma un impresionante balcón sobre la primera, en donde se domina la totalidad de la fachada norte del Palacio y que bajo un bosque de pinos se extiende hacia la Cuesta de San Vicente, en donde se encuentra una nueva escalera de doble entrada que salva el desnivel hasta la calle; y la tercera, en una altura superior y al este de la segunda terraza, con un juego de parterres y grandes cedros.


Lugar de celebración

Jardines de Sabatini


Calle Bailén, s/n - 28013 Madrid

Jardines de tipo clasicista creados en los años treinta en el lugar que ocupaban las caballerizas construidas por Sabatini para el Palacio Real, de ahí el nombre. Situados frente a la fachada norte del Palacio Real y promovidos durante la Segunda República, los jardines se terminaron de construir tras la Guerra Civil.

Su carácter arquitectónico y ornamental como extensión del Palacio Real aumentó al disponerse en ellos varias de las esculturas que estaban destinadas a decorar la cornisa del Palacio. De diseño geométrico, su privilegiada situación los convierten en uno de los jardines más bellos del Madrid de los Austrias.

Si bien son espectaculares a cualquier hora del día, es al caer la noche cuando alcanzan su grado máximo de espectacularidad, pues nos encontramos en uno de los mejores lugares de Madrid para presenciar el crepúsculo. Desde el gran estanque rectangular del centro del Jardín, rodeado por fuentes, árboles y esculturas de mármol blanco, el visitante podrá contemplar cómo los tonos amarillos y rojizos cambian las tonalidades de las piedras grisáceas del Palacio y verá finalmente el sol esconderse tras la perspectiva de la Casa de Campo.